jueves, junio 23, 2005

Que los apuntes personales sean quemados...

"No dejo tras de mí propiedad alguna de la que haya que disponer. En cuanto a las cosas de uso cotidiano que me servían, pido que sean distribuidas como sea oportuno. Que los apuntes personales sean quemados. Pido que de esto se ocupe don Stanislao, a quien agradezco su colaboración y su ayuda tan prolongada y compresiva. Todos los otros agradecimientos, en cambio, los dejo en el corazón delante de Dios mismo, porque es difícil expresarlos".

Testamento de Juan Pablo II, diario El Mundo, 07-04-05, España.