lunes, junio 11, 2007

¿Y el archivo de Julio Ramón Ribeyro?


—En su obra también se advierte un interés por el género epistolar. No de un modo predominante, pero sí repetido.

—Sí, porque hubo una época en que era un gran escritor de cartas. Pensaba que era una forma literaria de expresarse. He escrito centenares de cartas a amigos y familiares. Mi hermano, por ejemplo, tiene una colección de quinientas cartas mías. Pero llegó un momento en que me cansé y ahora ya no me animo a responder las pilas de cartas que recibo.

—¿Las lee?

—Las leo, si, pero ya no las contesto. . Y si las contesto mando una postal o acuso recibo. Pero no me doy el trabajo de escribir una carta larga, bien redactada. Ya eso desapareció de mis preocupaciones.

—¿Ha tenido buenos corresponsales?

—Uff, los he tenido magníficos. Por ejemplo, Luis Loayza, que me ha escrito unas cartas geniales. Otro es Federico Camino, profesor de filosofía en la Católica, un gran escritor de cartas. Otro es Alejo Sánchez Aizcorbe, escritor joven con quien he mantenido correspondencia durante cuatro o cinco años. Todas esas cartas las tengo bien guardadas.

—¿Y su hermano?

—Mi hermano es un escritor informativo, pero tiene cartas muy divertidas, con un corte anecdótico y muy familiar.

—¿Tal vez usted se anime a publicar sus cartas en vida?

—Le he dicho a mi hermano que me traiga las cartas que le he escrito por más de 30 años para hacer una selección. Pero hasta ahora no ha cumplido su promesa de hacerlo. Ignoro si se habrán conservado otras cartas mías, muchos las botan apenas las leen.

—¿Algunas cartas de sus enamoradas las habrán guardado?

—No sé, porque las mujeres con quienes he mantenido correspondencia son pocas. Una de ellas, Mimí, murió y no sé donde estará su familia. Y la otra, C., a la que veo, porque está en Lima, me devolvió tres u cuatro cartas cuando se casó en 1960. Las otras parece que las perdió. Con mi mujer, en cambio, no he mantenido correspondencia porque casi siempre hemos estado juntos, y las veces en que ello no ocurría he preferido llamarla por teléfono.