sábado, noviembre 29, 2008

Nana Mouskouri



Hace más de 14 años, en medio de una afiebrada búsqueda de buena música, descubrí una gema preciosa en una de las tiendas de la Plaza San Miguel. El dueño de la discotienda, que conocía los trucos de la venta --probar uno y otro tema sin mostrar signos de aburrimiento--, me mostró un CD que nunca antes lo había visto y me invitó a que escuchara atentamente. Como quedé asombrado por el inconfundible timbre de voz, le pedí que probara más pistas. Finalmente me explicó que se trataba de Nana Mouskouri. Casi de inmediato compré el CD, corrí a casa para presentarlo en familia y todos quedamos encantados.

Desde entonces nos convertimos en fanáticos de Nana, indagando, comprando y disfrutando de toda su música. Su voz acompañó gran parte de nuestras vidas, estuvo presente en momentos de alegría y también en momentos de tristeza.

Amo a Nana.
Siento que hay una especial química entre ella y mi corazón.
Amo su voz
y su forma tan única de cantar.
Y la amo más aún cuando la escucho interpretar,
como sólo ella sabe hacerlo,
Recuerdos de la Alambra

o La Serenata de Schubert ....