En el Perú, el Archivo General de la Nación (AGN) ha preparado unas normas para los archivos públicos. ¡Eso está bien!. Desde mi punto de vista, los archiveros peruanos tenemos que estudiar estas normas. Sin embargo, no sólo es cuestión de conocer estas normas, sino dar un paso adelante, hacer un esfuerzo adicional y aplicarlas de manera creadora, tomando en cuenta la realidad concreta del archivo en el que estamos laborando. No sería recomendable copiar al pie de la letra las normas del AGN, con puntos y comas (lamentablemente eso pasa en algunos archivos). Unas normas hechas de esta manera no tendrán ninguna aplicación, quedarán sólo en el papel, serán un saludo a la bandera y no contribuirán a la correcta administración de nuestros archivos. En este sentido, algunos congresistas peruanos, expertos en "clonar" proyectos legislativos de otros países, no son precisamente un ejemplo a seguir.
Nos haría bien a todos tomar en cuenta la siguiente pequeña historia:
"Lo que el gran hombre decía se hacía. Sonó el timbre
de la mansión del gran hombre y el sirviente acudió a
la puerta. Oteó por la mirilla y, reconociendo al
visitante, le abrió la puerta.
-- Deje su paraguas en la puerta –dijo el sirviente.
-- No traigo paraguas –respondió el visitante.
-- Entonces regrese a su casa y traiga uno o no podré dejarle pasar. El Jefe me ha dicho que todo el mundo tiene que dejar su paraguas en la puerta.
Una regla es una regla" (Osho)