A los nueve o diez años. Compraba los ingredientes con mi propina, iba al mercado y compraba calamares. Como te imaginarás, era raro para mi familia, para mis amigos, para todos; pensaban que era un gay extremadamente maricón. Mis amigos se ganaban porque yo cocinaba. Por ejemplo, a los doce o trece años nos íbamos a correr tabla y cuando regresábamos les preparaba panqueques con manjarblanco como desayuno. Mis amigos me aplaudían, les gustaba mucho; sin embargo, era una cosa extraña.
Pero yo quería ser cocinero, no abogado. En mi casa me habían convencido de que tenía que ser abogado, entonces…me copié todos los exámenes en la academia Trener todo el año, y la verdad es que el examen de La Católica es todo cultura general, a diferencia del de la Universidad de Lima, que es más memorista. Ingresé a la PUCP en el puesto setenta, casi me muero (risas); pero afortunadamente las cosas tomaron su equilibrio y me botaron al primer ciclo porque saqué tres de promedio ponderado; eso debe estar registrado en la Universidad, porque batí récord..."
Revista "Lidera", PUCP. Ver más en el siguiente link: