-- ¿ A qué te dedicas ahora ? -le preguntan a Luder
-- Estoy inventando una nueva lengua.
-- ¿ Puedes darnos algunos ejemplos ?
-- Sí: dolor, amistad, libre...
-- ¡ Pero esas palabras ya existen !
-- Claro, pero ustedes ignoran su significado.
(J.R.Ribeyro, Dichos de Luder)
—En el mismo texto se dice también: «Si alguna certeza adquirí fue que no existen certezas. Lo que es un buena definición del escepticismo». La idea reaparece en el texto 97 de Dichos de Luder: «Es penoso irse del mundo sin haber adquirido una sola certeza».
—Naturalmente. (Breve silencio). Es que nunca se puede llegar a conocer la verdad, porque ni siquiera uno se conoce a sí mismo. Todo el esfuerzo que hacemos en nuestra vida es querer saber quiénes somos y por qué actuamos de una manera y no de otra. Por eso pienso que la coronación de la Sabiduría sería saber quién es uno mismo: Ya lo decía Sócrates: «Conócete a ti mismo». Ese viejo axioma es verdaderamente inmortal: conocerse será siempre el problema de todos los hombres.
—Tanto en Prosas apátridas como en pasajes de su diario hay un aura de tristeza de parte suya. ¿Usted se consideraría, en todo caso, una persona triste en el fondo?
—No, no creo. Más bien yo pienso que tengo una gran capacidad para sobreponerme a situaciones de decaimiento. Simplemente un detalle: yo jamás en mi vida he tomado algún tipo de producto contra la depresión, ni somníferos ni ningún tipo de medicamento para combatir la hipocondría, la depresión. Tengo una salud física bastante frágil, es verdad, pero, desde el punto de vista moral, creo que soy bastante sólido (risas).